MALDITOS BASTARDOS, 18.09.09

El rey del Hollywood posmoderno, Quentin Tarantino, regresa a las pantallas grandes.

Y lo hace con una película de guerra. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial muestra una imagen que no es la típica del conflicto armado más importante de la historia de la humanidad.

En 'Malditos bastardos', los soldados norteamericanos son unas malas bestias que persiguen, atrapan, torturan y matan nazis de la peor manera posible. A unos, les arrancan la cabellera al estilo apache, a otros, les machacan la cabeza con un bate de béisbol. Los que sobreviven a los golpes, se llevan de regalo una esvástica marcada en la frente a punta de cuchillo. Una atrocidad made in Tarantino.

Brad Pitt, con bigotillo estrecho y una sospechosa cicatriz de ahorcado en el cuello, encarna al Teniente Aldo Ray, un tipo que odia a los miembros del Partido NAZI. Ray organiza y dirige a un pelotón de yanquis mercenarios, casi todos de origen judío, que se han presentado voluntarios para integrar un grupo de infiltración y asalto denominado Los Bastardos. Muy pronto, las actividades sanguinarias de Los Bastardos provocan el pánico generalizado entre las tropas enemigas. El propio Hitler toma cartas en el asunto encargando a sus mejores oficiales que aniquilen a estos molestos hooligans aliados.

Pero no es ésta la única historia que se cuenta en el nuevo largometraje de Tarantino. También está la de una joven judía francesa (Melánie Laurent), única superviviente de la masacre de su familia, que se establece en París y se hace pasar por la propietaria de un cine de barrio especializado en la reposición de clásicos. Por cosas del destino, esta chica conoce a un genuino héroe de guerra alemán, cinéfilo y actor, que se enamora de ella y se empeña en introducirla en los herméticos círculos de los altos mandos nazis. Uno de los personajes más poderosos de la jerarquía nazi que se cruza en el camino de la veinteañera es el malvado Coronel Hans Landa, apodado el Cazador de Judíos, experto manipulador y asesino en serie que destaca por su cinismo y su absoluta falta de escrúpulos.

Otra línea argumental convenientemente desarrollada en la película es la protagonizada por la bellísima Bridget von Hammersmarck (Diane Kruger), la diva más popular del cine alemán de los años 40, que colabora en calidad de espía con los Aliados y está dispuesta a participar en un atentado con bomba contra Hitler, Goebbels y otros peces gordos del Partido Nazi. (...)

Puro Tarantino

‘Inglourious Basterds’ combina secuencias rodadas en color y en blanco y negro, inglés y francés, alemán e italiano, largos diálogos y estallidos de acción incontrolable. Es puro Tarantino. “Empecé a pensar en hacer un film de guerra a finales de los años 90”, confiesa el director, “poco después de acabar de rodar ‘Jackie Brown’. Tenía cosas escritas, pero no encontraba un buen final para la historia. Como no estaba consiguiendo darle forma a aquello, me metí de lleno en ‘Kill Bill’, un proyecto que tenía mucho más perfilado, y eso me mantuvo ocupado un par de años. Desde 2004, no he dejado de escribir escenas para la película. Al final, el año pasado, en el Festival de Cannes, me entró un arrebato repentino y les prometí a los responsables del certamen que la tendría lista para mayo de 2009. No he tenido más remedio que ponerme la pilas y rodarla a toda prisa”.

Artículo de Primera Línea (adaptación)

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